Science Fiction NOMADS Dallas Jablonski (ENGLISH)

Science Fiction NOMADS Dallas Jablonski (Japanese)

ラモーナ・ヤブロンスキーは尾根に立ち、数日前に数台の車を確認した谷のひとつを覗き込んだ。数時間前に彼らのテリトリーに到着した小さなトレッキングに、あるスカウトがラモーナの注意を引いたのだ。ラモーナは、彼らが何者なのか自分の目で確かめようとやってきたのだ。それは難民と呼ばれる「スプートニク」の一団で、何年もこの国をあてもなくさまよっていた。
彼女は双眼鏡を目に当て、しばらく小さなキャンプを眺めていた。戦車や重火器を装備しておらず、防衛本能を刺激しない人々を見ると、何か安心するものがあった。このような生活を送るには、勇気と優れたリーダーが必要だった。先のことを考え、危機を回避し、愚かなことに巻き込まれない人々。
川のそばにキャンプを張った隊列を見つめ、車の間を走り回る子供たちを見ていると、兄が手首の通信機を通して話しかけてきた。
「アイグナーはここに向かっている。
「すぐに行く」とラモーナは答え、グライダーに乗り込む前に、双眼鏡で「スプートニク」のキャンプを最後に見た。
彼女は、ラモーナが飛行を必要とするときによく同行していたベン・ポーターと一緒に、2人乗りの小さな乗り物に乗り込んだ。ポーターは、飛行して家族と離れて過ごせるミッションにボランティアとして参加するのが好きだった。
「お客さんです」とラモーナはポーターに告げた。「アイグナー。アイグナー。”彼をどう思うか興味がある。
「ポーターはそれを知りたがり、車のエンジンをかけた。「よく彼と取引しているんでしょう？
“主にスペアパーツを作ってくれる技術者を知っています” 「でも、彼について何か話してくれるでしょう？
「彼はとても率直です」ポーターはグライダーを離陸させ、峡谷へと舵を切った。「時には少し短気なところもある。でも、彼は自分が何を望んでいるのかよくわかっている」。
「大雑把に聞こえる
「彼は計算高く、タフで冷酷だ。決して不公平ではないが、能力と効率を何よりも優先する」。
「パパとは正反対だね “そういう言い方もある”

***

谷間に位置する基地では、アイグナーの到着に備えてすべての準備が整えられた。
着陸態勢が整えられ、小さな歓迎委員会が陣取り、ダラス・ヤブロンスキーが2人の将校を連れて開いた格納庫から出てきた。パヴェル・ヤブロンスキーはすでにそこにいて、小型グライダーの横に立ち、着陸しようとしているラモーナに手を振っていた。
ラモーナは降りると、明らかに自分の子孫がそこにいるとは思っていなかった父親の厳しい表情に気づいた。彼は長い歩幅で二人に近づいた。
「俺が呼んだのか？
ラモーナは拳を腰に当てて返事をしようとしたが、兄が先に口を開いた。
“何が起こっているのかわかるのはいいことだ “とパウエルは言った。「パウエルは言った。
「ラモーナはこう付け加えた。「私たちの仲間は質問するだろうし、答えがないまま放置されるのは嫌なんだ」。
ダラス・ジャブロンスキーは唇を押さえ、二人に答えるのを控えた。エンジンの轟音が彼らの耳に届くと、彼は指を立てて警告した。「わかった。わかった。よく聞け。
その瞬間、灰色の船が崖を乗り越えた。強力なエンジンを搭載した武装輸送船が一隻、整地された船着場に浮かび上がった。船の前部に隔壁が開き、タラップが現れた。40代半ばの背の高い男が、広い顔、青い目、赤みがかったブロンドの髪を三つ編みにして、転送機から出てきた。彼の後に2人の警官が続いた。男と女。どちらも30歳は超えていない。
「ハラルド」ダラスはアイグナーに挨拶し、握手を交わした。
「ここに来られて光栄です」とアイグナーは答え、仲間を紹介した。「ダニャ・バウアーとミヒャエル・ホーマンだ。彼らは私の新しい副官だ。彼はパヴェルとラモーナをちらりと見た。「パヴェルとラモーナ？そうだろ？
「パウェルは自分と妹のために答えた。
“子供の成長は早すぎるよね？”
「そうだね」ダラスが答えた。「時間を無駄にしないようにしよう。整理することがたくさんあるんだ」。ダラスは客をバンカー施設内の会議室に案内した。
ドアが閉まると、アイグナーとその仲間たちは、部屋を支配する長方形のテーブルに座った。そしてダラスと彼の部下2人、そして彼の子供たちが加わった。
「雑談はやめて、本題に入りましょう」アイグナーは話し始めた。
「ダラスはこう答えた。「ぜひ乗船してほしい。断る

「ブレイクから仕事を依頼されたのに、なぜ断ったのですか？あなたほど有能な人材はいない。
“別の計画がある”
「それは納得できない アイグナーは首を振った。”我々は皆同じ側だ。ブレイク軍内の方がはるかに効率がいい”
“効率は最も重要なことではない”
「それなら何だ？
絆。信頼。親密さだ
ラモーナの父親は初めて、この地域のために自分を犠牲にする動機を明確にした。
この地域のために自分を犠牲にすること。彼の言葉は正鵠を射ており、アイグナーは目に見えて感銘を受け、一瞬よろめいた。その瞬間、ラモーナは父を賞賛し、近年やや低下していた父への尊敬の念が再び高まった。アイグナーの影響力の拡大を妨げている原因がわかったのだ。
「アイグナーはこう続けた。
「言ったように、ジャブロンスキーは「自分の限界はわかっている。しかし、あなたが話しているすべての人々は、あなたにとって本当に重要なのですか？それとも他のことなのか？
「それは何だ？
「影響力。権力。誇大妄想。
アイグナーはこの答えを個人的に受け取ったようだった。「本気か？
「物事が変わりつつあるから、今、疑問を抱いているんだ」。
「そう、変わりつつある。「それが世の常だ。そして
適応できない者は道から外れる。
「それを言いに来たんじゃないだろう？
「でも、話がこうなった。私は
私を支えてほしい
「あなたの命令に従えと？
アイグナーはダラスの結論に納得がいかないようだった。「そうです。
私がここにいる理由です」。
“それは、あなたの望むところに私が行かなければならないことを意味します。そして
言ったように、それは私の望みではない」。「あなたの動機はそれだけですか？
「ブレイクは何をしたいのか話した？「どういう意味だ？
“大統領の意志を覆すつもりだ”
“それで？”
“それは問題ないのか？”
“欧州理事会は何年も活動していない。私にとっては

問題は生じない
「しかし、私にはある。だからこそ、私はこの新しい側面での協力を拒否するのです。
それが最後の言葉ですか？
「それが最後の言葉か？
「まだ言うことがある
「それは何だ？
「鼻を突いてやろうか？
アイグナーはダラス・ヤブロンスキーを氷のような視線で見つめた。「もちろん、私たちの行動が
もちろん、私たちの行動がクーデターとみなされることは承知している。しかし、クーデターができるのは、椅子に座ったままの相手だけだ。ルビー大統領はもうほとんど姿を現さない。彼女は幽霊だ」。
“彼女はまだ大統領だ”
「彼女に投票したのか？
「いいえ
“それなら、彼女はあなたの大統領ではない”
「そうだ。私は彼女が任命された民主的なシステムを認めている。
だから、投票したかどうかにかかわらず、彼女は私の大統領でもある」。
“私はあなたをそんな先延ばし主義者とは思わなかった。あるいは官僚か。「法律は法律だ。どんなことがあっても、私は無法者にはならなかった」。
アイグナーにとって、この会談を終わらせる時が来たようだった。「もう少しいたかったが
もう少しいたかったが、すべて話したと思う」。彼と将校たちは立ち上がった。”自分の道は自分で見つける”
そう言って、代表団は部屋を出て行った。ラモーナとパヴェルは顔を見合わせた。ラモーナは、こんな短い会話で終わるとは思っていなかった。
「パウエルは再び声を取り戻した。「ブレイクはこれ以上、私たちをサポートしてくれないだろう。
ダラスは息子には目もくれず、「他の方法を考えよう」と答えた。
ラモーナはポーターにそう言った。彼は利口で、狡猾で、少し軽蔑的だった。彼女のサソリ部隊は、いつでも自由に使える十分な資源を持っている。ベンがこの問題を解決するのは簡単なはずだ。

Science Fiction NOMADS Dallas Jablonski (Spanish)

Ramona Jablonski se detuvo en una cresta y echó un vistazo a uno de los valles donde habían observado varios vehículos hacía unos días. Un explorador había llamado la atención de Ramona sobre la pequeña caminata que había llegado a su territorio hacía unas horas. Había venido a ver por sí misma de qué se trataba y dio el visto bueno. No era más que un grupo de “sputniks”, como se llamaba a los refugiados, que llevaban años vagando sin rumbo por el país.
Se llevó los prismáticos a los ojos y observó el pequeño campamento durante un rato. Había algo tranquilizador en ver a gente que no iba equipada con tanques y armas pesadas y que no desencadenaba en ella un reflejo de defensa. Hacía falta valor y buenos líderes para vivir así. Gente que pensara en el futuro, que redujera la tensión y que no se involucrara en estupideces.
Mientras contemplaba la columna que había acampado junto a un río y veía a los niños corretear entre los vehículos, su hermano le habló a través del comunicador que llevaba en la muñeca.
“Aigner viene hacia aquí”, fue lo primero que dijo después de que ella atendiera la llamada.
“Enseguida estoy contigo”, respondió Ramona y echó un último vistazo con los prismáticos al campamento de los “Sputniks” antes de subir a su planeador.
Subió al pequeño vehículo biplaza con Ben Porter, que a menudo acompañaba a Ramona cuando necesitaba un vuelo. A Porter le gustaba ofrecerse voluntario para misiones en las que podía volar y pasar tiempo lejos de su familia.
“Tenemos visita”, informó Ramona a Porter. “Aigner. Me interesaría saber qué piensas de él”.
“¿Por qué?”, quiso saber Porter y puso en marcha los motores del vehículo. “Usted trata a menudo con él”.
“Conozco sobre todo a sus técnicos, que fabrican piezas de recambio para nosotros”. “Pero usted podrá decirme algo sobre él”.
“Es muy directo”, dijo Porter, dejando que el planeador despegara y dirigiéndolo hacia un cañón, que siguió hacia el norte. “A veces es un poco irascible. Pero sabe exactamente lo que quiere”.
“Todo eso suena muy general”.
“Es calculador, duro y despiadado. No es injusto ni mucho menos, pero antepone la capacidad y la eficacia a todo lo demás”.
“Así que más o menos lo contrario de papá.” “Esa es una forma de decirlo.”

***

En la base, situada en un valle, todo estaba preparado para la llegada de Aigner.
Se despejó una pista de aterrizaje, un pequeño comité de bienvenida tomó posiciones y Dallas Jablonski salió de uno de los hangares abiertos con dos de sus oficiales. Pawel Jablonski ya estaba allí, de pie junto a su pequeño planeador y saludando a Ramona, cuya nave estaba a punto de aterrizar.
Al bajarse, Ramona notó la expresión severa de su padre, que obviamente no esperaba que su vástago estuviera allí. Se acercó a los dos a grandes zancadas.
“¿Os he llamado yo?”, empezó enfadado.
Ramona puso los puños en las caderas y empezó a replicar, pero su hermano habló primero.
“Es bueno que sepamos lo que pasa”, dijo Pawel. “Siempre dices que debemos hacernos una idea inmediata”.
“Nos afecta tanto como a vosotros”, añadió Ramona. “Nuestra gente hará preguntas y no me gusta quedarme sin respuestas”.
Dallas Jablonski apretó los labios y se abstuvo de contestar a los dos. Cuando el rugido de los motores llegó a sus oídos, levantó el dedo en señal de advertencia. “De acuerdo. Pero mantened la boca cerrada. Limitaos a escuchar”.
En ese momento, una nave gris se precipitó por el acantilado. Un único transportador armado con potentes motores que descendió flotando sobre el campo de aterrizaje despejado. Un mamparo se abrió en la parte delantera de la nave y emergió una rampa. Un hombre alto, de unos cuarenta años, rostro ancho, ojos azules y pelo rubio trenzado en una pequeña trenza, salió del transportador. Le seguían dos agentes. Un hombre y una mujer. Ambos no superaban la treintena.
“Harald”, saludó Dallas a Aigner y se estrecharon la mano.
“Encantado de estar aquí”, respondió Aigner y presentó a sus compañeros. “Danja Bauer y Michael Hohmann. Son mis nuevos ayudantes”. Miró a Pawel y Ramona. “¿Pawel y Ramona? ¿Verdad?”
“¡Sí, claro!”, respondió Pawel por sí mismo y por su hermana.
“Los niños crecen demasiado deprisa, ¿verdad?”.
“Así es”, respondió Dallas. “No perdamos tiempo. Hay mucho que resolver”. Dallas condujo a sus invitados a la sala de reuniones dentro de las instalaciones del búnker.
Una vez cerrada la puerta, Aigner y los suyos tomaron asiento en la mesa rectangular que dominaba la estancia. Entonces Dallas, dos de sus oficiales y sus hijos se unieron a ellos.
“Podemos ahorrarnos las bromas”, empezó Aigner, “e ir directamente al grano”.
“No hay nada que prefiera hacer”, respondió Dallas. “Me encantaría tenerte a bordo”. “Y me niego”.

“Blake te ofreció el trabajo, ¿y me gustaría saber por qué lo rechazaste? No se me ocurre un hombre más capaz que tú”.
“Tengo otros planes.”
“No me lo creo”. Aigner negó con la cabeza. “Estamos todos en el mismo bando. Tendríamos mucha más eficiencia dentro de las fuerzas de Blake”.
“La eficiencia no es lo más importante”.
“Entonces, ¿qué sería?”
“Vinculación. Confianza. Cercanía”.
Por primera vez, el padre de Ramona había definido exactamente lo que le motivaba a sacrificarse
a sacrificarse por esta región. Sus palabras dieron en el clavo y Aigner, visiblemente impresionado, trastabilló un instante. En ese momento, Ramona admiró a su padre y su respeto por él, que se había resentido un poco en los últimos años, volvió a elevarse. Ahora comprendía qué le impedía extender su influencia.
“¿No piensas en toda la gente”, continuó Aigner, “que podríamos liberar del Akkato?”.
“Como ya he dicho”, confirmó Jablonski, “conozco mis límites. Pero, ¿toda esa gente de la que hablas es realmente tan importante para ti? ¿O se trata de otras cosas?”
“¿Cuáles deberían ser?”
“Influencia. Poder. Delirios de grandeza”.
Aigner pareció tomarse esta respuesta como algo personal. “No hablas en serio”.
“Me cuestiono las cosas ahora porque las cosas están cambiando”.
“Sí, están cambiando”, admitió Aigner. “Así ha sido siempre el mundo. Y
Los que no puedan adaptarse se quedarán en el camino”.
“No has venido a decirme eso”.
“No. Pero nuestra conversación tomó este giro. He venido a
pedirte que me apoyes”.
“¿Quieres que me someta a tus órdenes?”.
Aigner parecía incómodo confirmando la conclusión de Dallas. “Sí. Por eso
Estoy aquí”.
“Eso significaría que tendría que ir adonde tú quieres que vaya. Y como
ya he dicho, eso no es lo que quiero”. “¿Es ese tu único motivo?”
“¿Te ha dicho Blake lo que quiere hacer?” “¿Qué quieres decir?”
“Tiene la intención de anular la voluntad del presidente.”
“¿Y qué?”
“¿No es un problema para ti?”
“El Consejo Europeo no ha estado activo durante años. Para mí, la cuestión cuestión no se plantea para mí”.
“Pero para mí sí. Y por eso rechazo la cooperación bajo este nuevo aspecto.
aspecto”.
“¿Es tu última palabra?”
“Hay más que decir.”
“¿Y eso sería?”
“¿Tengo que tocarte las narices?”
Aigner miró fijamente a Dallas Jablonski. “Por supuesto que me doy cuenta de que nuestras acciones
nuestras acciones pueden ser vistas como un golpe de estado. Pero sólo se puede dar un golpe contra alguien que sigue sentado en su silla. El presidente Ruby apenas hace ya acto de presencia. Es un fantasma”.
“Ella todavía está en el cargo.”
“¿La votaste?”
“No.”
“Entonces no es tu presidenta.”
“Sí, lo es. Reconozco el sistema democrático por el que fue nombrada.
Así que también es mi presidenta, la haya votado o no”.
“No te habría tomado por un procrastinador. O un burócrata”. “La ley es la ley. A pesar de todo, nunca me he convertido en un proscrito”.
Para Aigner, parecía haber llegado el momento de poner fin a este encuentro. “Me hubiera gustado
quedarme un poco más, pero creo que ya lo hemos dicho todo”. Él y sus oficiales se levantaron. “Encontraré mi propia salida”.
Con estas palabras, la delegación abandonó la sala. Ramona y Pawel se miraron. Ramona no había esperado una conversación tan breve, tenía que admitirlo.
“Se acabó”, dijo Pawel cuando hubo recuperado la voz. “Desde luego, Blake no nos apoyará con más material”.
“Encontraremos otras formas”, respondió Dallas sin mirar a su hijo.
Ramona le tomaría la palabra a Porter. Era listo, astuto y también un poco chusco. Su unidad escorpión siempre tendría suficientes recursos a su disposición. A Ben le resultaría fácil resolver este problema.

Science Fiction NOMADS Dallas Jablonski (French)

Ramona Jablonski se tenait sur une crête et regardait vers le bas dans l’une des vallées où ils avaient observé plusieurs véhicules quelques jours auparavant. Un éclaireur avait attiré l’attention de Ramona sur le petit trek qui avait atteint son terri- torium quelques heures auparavant. Elle était venue se rendre compte par elle-même de ce qu’il en était de ces gens et a donné le signal de fin d’alerte. Il ne s’agissait que d’un groupe de “spoutniks”, comme on appelait les réfugiés, qui erraient sans but depuis des années à travers le pays.
Elle a levé ses jumelles devant ses yeux et a observé le petit camp pendant un moment. Il y avait quelque chose de rassurant à voir des gens qui n’étaient pas équipés de tanks et d’armes lourdes et qui ne déclenchaient pas chez elle un réflexe de défense. Pour vivre ainsi, il fallait du courage et de bons chefs. Des gens qui pensaient à l’avance, qui désescaladaient et qui ne se laissaient pas entraîner dans des bêtises.
Alors qu’elle fixait la colonne qui avait établi un campement près d’une rivière et observait les enfants qui couraient entre les véhicules, son frère l’a contacté via le communicateur à son poignet.
“Aigner est en route pour venir ici”, fut la première chose qu’il dit après qu’elle eut pris l’appel.
“J’arrive tout de suite”, répondit Ramona en jetant un dernier coup d’œil aux jumelles sur le camp des “Spoutniks” avant d’embarquer dans son planeur.
Elle monta dans le petit véhicule à deux places dans lequel se trouvait Ben Porter, qui accompagnait souvent Ramona lorsqu’elle avait besoin d’un vol. Porter aimait se porter volontaire pour des missions où il pouvait voler et passer du temps en dehors de sa famille.
“Nous allons avoir de la visite”, informa Ramona Porter. “Aigner. Je serais curieux de savoir ce que tu penses de lui” ?
“Pourquoi ?”, voulait savoir Porter en démarrant les moteurs du véhicule. “Tu as souvent affaire à lui”.
“Je connais surtout ses techniciens qui nous fabriquent des pièces de rechange”. “Mais tu vas pouvoir me parler de lui”.
“Il est très direct”, dit Porter en faisant décoller le planeur et en le dirigeant vers un canyon dont il suivit le cours vers le nord. “Parfois un peu irascible. Mais il sait assez bien ce qu’il veut”.
“Tout cela semble très général”.
“Il est calculateur, dur et impitoyable. Pas du tout injuste, mais il place la compétence et l’efficacité au-dessus de tout”.
“C’est donc à peu près le contraire de papa”. “On peut dire ça comme ça”.

***

A la base, située dans une vallée, on préparait tout pour l’arrivée d’Aigner.
Une aire d’atterrissage a été dégagée, un petit comité d’accueil s’est installé et Dallas Jablonski est sorti d’un des hangars ouverts avec deux de ses officiers. Pawel Jablonski était déjà là, debout à côté de son petit planeur, faisant signe à Ramona dont le vaisseau s’apprêtait à atterrir.
Lorsque Ramona descendit, elle remarqua le regard sévère de son père qui ne s’attendait visiblement pas à la présence de sa progéniture. Il s’est approché d’eux à grands pas.
“C’est moi qui vous ai fait venir ?”, commence-t-il, agacé.
Ramona mit les poings sur les hanches et s’apprêta à répliquer, mais son frère prit la parole en premier.
“C’est bien de savoir ce qui se passe”, dit Pawel. “Tu dis toujours qu’il faut se faire une idée immédiate”.
“Cela nous concerne autant que toi”, compléta Ramona. “Nos gens vont poser des questions et je n’aime pas rester sans réponse”.
Dallas Jablonski serra les lèvres et s’abstint de répondre aux deux hommes. Lorsque le vrombissement des réacteurs parvint à leurs oreilles, il leva un doigt d’avertissement. “Très bien. Mais vous, taisez-vous. Vous vous contentez d’écouter”.
A ce moment-là, un vaisseau gris s’est avancé sur la falaise. Un transporteur armé d’une seule unité, doté de puissants moteurs, qui descendait vers le terrain d’atterrissage dégagé. Une cloison s’ouvrit dans la section avant du vaisseau et une rampe en sortit. Un homme de grande taille, au milieu de la quarantaine, au visage large, aux yeux bleus et aux cheveux blonds roux tressés en une petite natte, sortit du téléporteur. Il était suivi de deux officiers. Un homme et une femme. Tous deux pas plus de trente ans.
“Harald”, a salué Dallas Aigner et ils se sont serré la main.
“Je suis heureux d’être ici”, a rétorqué Aigner en présentant ses compagnons. “Danja Bauer et Michael Hohmann. Vous êtes mes nouveaux adjoints”. Il jeta un regard à Pawel et Ramona. “Pawel et Ramona ? C’est ça ?”
“Oui, c’est vrai !”, répondit Pawel pour lui-même et sa sœur.
“Les enfants grandissent trop vite, n’est-ce pas ?”
“C’est comme ça”, répondit Dallas. “Ne perdons pas de temps. Il y a beaucoup de choses à régler”. Dallas conduisit ses invités dans la salle de réunion à l’intérieur du bunker.
Une fois la porte fermée, Aigner et ses hommes ont pris place à la table rectangulaire qui dominait la pièce. Dallas, deux de ses officiers et ses enfants se sont ensuite assis avec eux.
“Nous pouvons nous passer de cette querelle”, commença Aigner, “et entrer directement dans le vif du sujet”.
“Rien ne me ferait plus plaisir”, répondit Dallas. “J’aimerais bien t’avoir à bord”. “Et je refuse”.

“Blake t’a proposé le poste, et j’aimerais savoir pourquoi tu as refusé ? Je ne pourrais pas imaginer quelqu’un de plus compétent que toi”.
“J’ai d’autres projets”.
“Je ne te crois pas”. Aigner secoua la tête. “Nous sommes tous du même côté, après tout. Au sein des forces de Blake, nous aurions une bien meilleure efficacité”.
“L’efficacité n’est pas le plus important”.
“Qu’est-ce que ce serait alors ?”
“L’engagement. La confiance. La proximité”.
Pour la première fois, le père de Ramona avait défini très précisément ce qui le motivait à se donner
se sacrifier pour cette région. Ses mots ont fait mouche et Aigner, visiblement impressionné, est resté bouche bée un instant. A cet instant, Ramona admira son père et son estime pour lui, qui avait quelque peu diminué ces dernières années, remonta. Elle comprenait maintenant ce qui l’empêchait d’étendre son influence.
“Tu ne penses pas à toutes les personnes”, poursuivit Aigner, “que nous pourrions libérer des Akkato ?”
“Comme je l’ai dit”, affirma Jablonski, “je connais mes limites. Mais toutes ces personnes dont tu parles sont-elles vraiment si importantes pour toi ? Ou s’agit-il d’autres choses ?”
“Quelles devraient être ces choses ?”
“L’influence. Le pouvoir. La mégalomanie”.
Aigner semblait prendre cette réponse personnellement. “Tu n’es pas sérieux”.
“Je remets les choses en question maintenant parce que les choses sont en train de changer”.
“Oui, elles changent”, admit Aigner. “Cela a toujours été la marche du monde. Et
Celui qui ne peut pas s’adapter reste sur le carreau”.
“Tu n’es quand même pas venu pour me dire ça”.
“Non, mais notre conversation a pris cette tournure. Je suis venu pour
te demander de me soutenir”.
“Tu veux que je me mette sous tes ordres ?”
Aigner semblait mal à l’aise de confirmer la conclusion de Dalla. “Oui, c’est pour ça que je suis là.
je suis ici”.
“Cela voudrait dire que je devrais aller là où tu veux que j’aille. Et comme je l’ai dit
je l’ai déjà dit, ce n’est pas ce que je veux”. “Est-ce ta seule motivation ?”
“Blake t’a-t-il dit ce qu’il voulait faire ?” “Qu’est-ce que tu veux dire ?”
“Il a l’intention de passer outre la volonté de la présidente”.
“Et alors ?”
“Cela ne te pose pas de problème ?”
“Le Conseil européen n’est plus actif depuis des années. Pour moi, la question ne se pose pas”.
“Mais pour moi, oui. Et c’est pourquoi je refuse de collaborer sous ce nouvel angle.
aspect”.
“C’est ton dernier mot ?”
“Il y aurait encore autre chose à dire”.
“Et c’est quoi ?”
“Dois-je te faire un pied de nez ?”
Aigner fixa Dallas Jablonski d’un regard glacial. “Bien sûr, je suis conscient que l’on peut
notre action peut être considérée comme un putsch. Mais on ne peut faire un putsch que contre quelqu’un qui est encore assis dans son fauteuil. La présidente Ruby n’apparaît presque plus. C’est un fantôme”.
“Elle est toujours en fonction”.
“Tu as voté pour elle ?”
“Non”.
“Alors, elle n’est pas ta présidente”.
“Si, elle l’est. Je reconnais le système démocratique par lequel elle a été nommée.
Elle est donc aussi ma présidente, que je l’aie élue ou non”.
“Je ne t’aurais pas pris pour un tel procrastinateur. Ou pour un bureaucrate”. “La loi est la loi. Malgré tout, je ne suis jamais devenu un hors-la-loi”.
Pour Aigner, le moment semblait venu de mettre fin à cette rencontre. “J’aurais bien aimé
rester un peu plus longtemps, mais je pense que tout a été dit”. Lui et ses officiers se levèrent. “Je vais trouver la sortie tout seul”.
Sur ces mots, la délégation quitta la pièce. Ramona et Pawel se regardèrent. Ramona ne s’attendait pas à une conversation aussi courte, elle devait l’admettre.
“Nous en avons fini avec ça”, a déclaré Pawel lorsqu’il a retrouvé sa voix. “Blake ne nous soutiendra certainement plus avec du matériel”.
“Nous trouverons d’autres moyens”, rétorqua Dallas sans regarder son fils.
Ramona en parlerait à Porter. Il était intelligent, rusé et aussi un peu scru- pellé. Son unité Scorpion aurait toujours suffisamment de ressources à sa disposition. Pour Ben, il devrait être facile de résoudre ce problème.

Science Fiction – NOMADS 15. Work in Progress

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